Publicado por Dr Javier: 16 octubre, 2025
Ultima actualización de este artículo: Hace 8 mins por Dr Javier
¿Tienes dificultades para abrir la boca con normalidad? Puede tratarse de trismus, una condición que afecta los músculos masticatorios, provocando rigidez y dolor. A continuación, explicamos qué puede provocarlo y cómo se trata.
¿Qué es el trismus o trismo dental?
El trismus, también conocido como trismo dental, es una afección que limita la apertura de la boca. Esto ocurre debido a la contracción o rigidez de los músculos de la mandíbula, en especial los relacionados con la función masticatoria.
Este espasmo afecta actividades cotidianas como hablar, comer o incluso mantener una adecuada higiene bucal.
Por lo general, una persona puede abrir la boca entre 40 y 50 mm. Cuando la apertura es menor a 35 mm, se puede tratar de trismus. No suele ser un problema grave y la recuperación puede ser rápida. Sin embargo, hay que prestar atención porque se puede tratar de un síntoma de alerta de otra condición subyacente como infecciones, trastornos temporomandibulares o incluso tumores.
Importancia clínica y repercusiones funcionales
Desde el punto de vista funcional, el trismo dental tiene una repercusión importante en la calidad de vida del paciente. La restricción al abrir la boca puede limitar la ingesta de alimentos sólidos, lo que lleva a deficiencias nutricionales.
Puede provocar también problemas de higiene bucal, ya que dificulta la capacidad de cepillarse o usar hilo dental. En consecuencia, aumenta el riesgo de enfermedades periodontales.
La pronunciación clara también puede verse afectada al no poder articular bien las palabras. Esto genera problemas en la comunicación.
Otras complicaciones tienen que ver con la dificultad de aplicar tratamientos de odontología general, radiografías intraorales e intervenciones quirúrgicas; hay riesgo de aspiración en casos severos, y provoca ansiedad y frustración en el paciente.
Causas y factores desencadenantes
El trismus puede ser provocado por múltiples factores, entre los que podemos mencionar:
- Infecciones en los tejidos blandos, abscesos dentales, celulitis facial, entre otros.
- Traumatismos, fracturas mandibulares, contusiones faciales o lesiones en los músculos masticatorios.
- Intervenciones quirúrgicas dentales como la extracción de las muelas del juicio o procedimientos dentales invasivos.
- Efectos secundarios de tratamientos como radioterapia y quimioterapia en la cabeza y el cuello.
- Presencia de tumores en la cavidad oral, faringe o estructuras cercanas.
- Bruxismo, disfunción de ATM, sobrecarga muscular, estrés y ansiedad.
- Otras condiciones como el tétanos o lesiones en el nervio trigémino.
Síntomas y manifestaciones clínicas
Los síntomas comunes del trismus son:
- Dificultad para abrir la boca más allá de 35 mm.
- Dolor en los músculos de la mandíbula, especialmente al intentar masticar.
- Rigidez muscular en la mandíbula.
- Chasquidos o dolor en la articulación temporomandibular.
- Problemas del habla o pronunciación deficiente.
- Fiebre, en casos asociados con procesos infecciosos.
- Sensación de opresión o tensión en la mandíbula.
Diagnóstico del trismus
Si tienes dificultad para abrir la boca o sientes rigidez, es importante acudir al dentista para que te haga un diagnóstico temprano. Durante la consulta se hará un examen físico que incluye medir la apertura bucal. Además, se evaluarán los síntomas como la presencia de dolor e inflamación.
También se revisará la historia clínica del paciente y, de ser necesario, se harán estudios de imagen como radiografías, tomografías computarizadas o resonancias magnéticas.
Valoración del grado
Con la evaluación se determinará si se trata de trismus y de qué grado es. En este sentido, existen tres tipos:
- Leve: si el paciente abre la boca entre 30 y 40 mm.
- Moderado: si solo puede abrir la boca entre 15 y 30 mm.
- Severo: es el menos común y el más grave de todos. La apertura se limita a 45 mm.
Tratamiento y manejo terapéutico
El tratamiento del trismus varía dependiendo de la causa. En cualquier caso, la detección temprana es clave para evitar complicaciones. Los principales protocolos son los siguientes:
Tratamiento etiológico
Este tratamiento es prioritario y para iniciarlo hay que conocer la raíz del problema. Si hay infecciones como abscesos dentales o celulitis se prescriben antibióticos.
Es posible que también se requiera cirugía para drenar el absceso o en casos que requieran la extracción de dientes impactados o corrección de fracturas mandibulares.
En pacientes con fibrosis por radioterapia, se pueden ajustar los protocolos de radiación o combinar con terapias preventivas.
Terapia física y ejercicios de apertura
La fisioterapia permite restaurar la movilidad mandibular. Para ello se recurre a ejercicios regulares y progresivos de apertura bucal. Dispositivos como las guías y espaciadores ayudan a incrementar la apertura de la boca.
Modalidades de terapia auxiliar
Los masajes en los músculos masticatorios alivian la tensión y mejoran la circulación. También se puede recomendar aplicar compresas calientes para relajar los músculos y reducir la rigidez.
Medicación
Algunos medicamentos que sirven como complemento del tratamiento incluyen:
- Antiinflamatorios no esteroideos: reducen la inflamación y el dolor, lo que ayuda al paciente a hacer los ejercicios con mayor comodidad.
- Relajantes musculares: alivian los espasmos musculares. Su uso debe limitarse a períodos cortos debido al riesgo de efectos adversos.
- Corticoides: en casos de inflamación severa se pueden usar corticosteroides a corto plazo.
Intervenciones quirúrgicas
Cuando el trismus es severo puede ser necesaria la cirugía. Estas intervenciones pueden incluir liberación muscular, extirpación de tumores y colocación de implantes para mejorar la movilidad de la articulación temporomandibular.
Pronóstico, complicaciones y seguimiento
Duración esperada según la causa
El trismus de origen infeccioso mejora en una o dos semanas con el tratamiento adecuado y eliminando la causa que la origina. Aquellos casos que tienen que ver con traumatismos y radioterapia, la recuperación puede tomar meses.
Riesgo de fibrosis crónica y rigidez permanente
La radioterapia y los traumatismos repetidos pueden llevar a fibrosis muscular. Esta puede llevar a una llevar a una rigidez mandibular permanente.
Los factores que incrementan el riesgo incluyen: dosis altas de radiación, múltiples intervenciones quirúrgicas en la región, edad avanzada del paciente, entre otros.
Indicadores de mejoría y criterios de remisión
Al aplicar el tratamiento adecuado y hacer el seguimiento correspondiente debe haber un aumento progresivo de la apertura bucal. El paciente también sentirá menos dolor y disminuirá la rigidez muscular.
Otros indicadores de mejoría son el aumento de la capacidad para comer y hablar sin molestias, y la ausencia de signos de inflamación o infección.
El trismus puede afectar la calidad de vida, pero con atención temprana y el tratamiento adecuado, el paciente sentirá una mejoría considerable.